Sí, lo es. Y con este artículo de opinión doy continuidad al que publiqué la semana pasada sobre las empresas que vienen a España y pretenden comercializar sus productos y establecer relaciones comerciales empleando únicamente su idioma de origen.
De hecho, en los comentarios surgidos a raíz de dicho artículo, algunos de nuestros lectores se han encargado de poner sobre la mesa que “lo que hacen estas empresas es ilegal“, y que hay que “denunciar” este tipo de prácticas, porque, en definitiva, “están incumpliendo las leyes de la Unión Europea en materia de consumo”.
Por ello, ya que a mí se me pasó abordar el aspecto de la ilegalidad cuando critiqué a esas multinacionales que pretenden imponernos su idioma cuando aterrizan en el mercado español, considero relevante que cundan las denuncias cuando algo así ocurra.
Y si no, que se lo digan a Lidl, que ha tenido que retirar del mercado un producto por, entre otras cosas, estar etiquetado en alemán, puesto que la etiqueta podía inducir a error.
Gracias a los que arrojasteis luz sobre este asunto en el artículo que titulé ‘Vamos a dar un poquito de caña…‘.
¡Os sigo leyendo en el apartado de comentarios!
Muy bien dicho. Espero la misma efervescencia patriótrica y cañera en la defensa del resto de idiomas del Estado, además del castellano. No estaría de más que se empezaran a respetar, aunque sea mínimamente, los derechos linguisticos de las minorías nacionales, tanto en Europa como en los llamados “estados Nación” que componen la Unión Europea, incluido el nuestro.
Estimado Raimon: la riqueza del idioma y de la pluralidad lingüística nunca serán objeto de mis críticas. Nada más lejos de mi intención. Gracias por tu comentario.
Muchos productos fabricados en Alemania, no incluyen el castellano en las instrucciones, nos tienen mania pero eso tiene la culpa el publico que compra esos productos en un supermercado.