Luego nos quejamos los periodistas de que nos tachen de morbosos y sensacionalistas. Sí, nos quejamos. De hecho, en el último informe de la Asociación de la Prensa de Madrid sobre el estado de la profesión, los profesionales reconocemos que una de las principales causas de haber caído en descrédito es, precisamente, el sensacionalismo con el que abordamos determinadas informaciones.
Pero, oye, que no aprendemos… o no queremos aprender. He aquí una muestra que a mí, particularmente, me indigna… y mucho.
El diario francés Le Monde ha lanzado unas, cuanto menos, imprudentes acusaciones contra el grupo Auchan, propietario de Leroy Merlin. Dicen en Le Monde que la empresa “parece estar participando en el esfuerzo bélico ruso“. Obsérvese el término empleado: “parece“. Es decir, que la información no está contrastada ni verificada.
Y resulta que Auchan “parece estar participando” porque, según afirma el rotativo galo, un mes después de que estallara la guerra una filial del grupo en San Petersburgo realizó una colecta de productos alimenticios dirigida a los soldados del Kremlin enviados “a la operación especial en Ucrania”. (Esto último lo ha recogido el diario El Mundo, que en su información titula de la siguiente manera: ‘Ucrania acusa al grupo francés Auchan de apoyar la guerra rusa’, porque el Gobierno ucraniano ha dado crédito a lo publicado por Le Monde).
Y no cabe mayor sensacionalismo por las consideraciones que voy a efectuar a continuación:
Primero: el término “parecer” en periodismo no debe existir, porque si no se contrasta una información estamos faltando al principio de veracidad de la profesión periodística (eso está en todos los códigos deontológicos del mundo y es de primero de carrera).
Segundo: que un establecimiento del grupo haya recogido comida para los soldados rusos, que a saber en qué condiciones están yendo al frente, no significa que Auchan esté apoyando el conflicto bélico (incluso aunque decidiese, como lo hizo, seguir operando en Rusia).
Tercero: proporcionar víveres a un soldado no es apoyar a Putin. Porque los militares obedecen órdenes y van donde les mandan (los militares rusos y los de cualquier país), y llevar a cabo un acto humanitario con ellos puede, o no, ser criticable (insisto: a saber en qué condiciones están yendo al frente), pero no se puede tomar la parte por el todo (sinécdoque) y, partiendo de un hecho puntual, lanzar acusaciones tan graves contra una compañía.
Como yo no he podido verificar la información publicada por Le Monde, me remito a la terminología empleada y a los datos aportados, de los que no puedo inferir que Auchan esté apoyando la guerra rusa.
Es más, creo (y las opiniones son libres) que se ha cogido una información por los pelos, se le ha dado un toque sensacionalista… y ya está; ya tenemos el clic que buscábamos en la noticia. Porque eso es lo que parece, que se ha buscado el clic (la pesadilla, por cierto, de cualquier profesional de los medios digitales).
El periodismo es mucho más que un clic. Los periodistas cumplimos un servicio esencial: garantizar el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz. Y mientras sigamos buscando el clic fácil, en detrimento de la calidad de la información que difundimos, seguiremos perdiendo credibilidad y prestigio.
Dicho queda.
M.Ángeles Moya
P.D.1: me indigno porque cuando se hace mal periodismo nos afecta a todos los profesionales de la información y nos ‘meten a todos en el mismo saco’.
P.D.2: Auchan / Leroy Merlin ha negado “categóricamente” las acusaciones de las que ha sido objeto y se ha mostrado “sorprendido” por la publicación de esta información, en la que ni siquiera se respeta el derecho a la presunción de inocencia… otro de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano, y uno de los pilares básicos de cualquier estado que se precie de ser democrático.
Excelente análisis. Todavía quedan verdaderos periodistas.