Quizás la cerrajería sea el segmento que mejor represente el bailes de siglas, entidades, ferias y, en definitiva, egos, que de forma extensiva sufre el sector de ferretería y bricolaje. El pasado viernes, por los pasillos del Palacio de Congresos de Torremolinos durante la Convención ELF, cundía el desánimo entre los fabricantes cerrajeros por un problema enquistado entre las principales asociaciones del sector.
Una lucha fratricida con poco sentido y mucho riesgo: que las marcas terminen dando la espalda a unos y otros ante la duplicidad de actos y ferias, que solo provocan una desafección cada vez mayor.
Y no es solo una sensación. Es, sencillamente, lo que nos trasladaban los propios fabricantes. Si no existe un gran evento de cerrajería que aglutine todas las fuerzas posibles y mientras sigan duplicándose los fines de semana del cerrajero, las marcas, al final, deberán decidir. Ganarán unos y perderán otros. Lo dice el sentido común y las cuentas, con eventos cada vez más sobredimensionados en precio.
La solución la tienen las dos entidades en disputa: APECS y UCES, que a su vez integra otras asociaciones del ámbito de la cerrajería. La primera, bajo la figura de Jaime Justo y la segunda, bajo la de José Luis García de Vicuña. Pese que la idea de celebrar una gran feria única está sobre la mesa, por ahora los acercamientos son tímidos. Algo se está cociendo, sí, pero de momento en cocederos distintos.
El pasado 7 de marzo, en una reunión con fabricantes y distribuidores, UCES acordó una reunión en la que también estuviera Apecs para estudiar la feria sectorial única. Sin embargo, esta última asociación decidió no acudir a la reunión. Otro fiasco más.
La realidad es que ni fabricantes ni distribuidores, principales afectados del encontronazo, conocen la verdadera intrahistoria. ¿Una cuestión de egos? ¿De intereses económicos?
Poco importan los motivos, pero sí las consecuencias: un hartazgo generalizado que ya hace a las marcas replantearse a qué evento acudir. Ya tienen claro que celebrar dos fines del cerrajero, con tan poco tiempo entre uno y otro, es un sinsentido. Empiezan a abrir los ojos.