La promoción que la enseña de bricolaje Bauhaus ha realizado con motivo de la apertura de su tienda de Mallorca (el próximo 2 de agosto) ha provocado malestar en el pequeño comercio de la isla. El pasado viernes, 26 de julio, Bauhaus instaló en diferentes lugares de Palma diversos puestos donde informaba sobre la inminente apertura de su centro de Marratxi. Entre ellos, destacaron los ubicados en Plaza de España y Plaza Mayor.
Para PIMECO, la patronal de las empresas minoristas del sector comercial de Mallorca, esta promoción incumple la Ordenanza municipal de ocupación de la vía pública de Palma, que no permite repartir folletos ni instalar mesas informativas salvo a ONG u organizaciones sin ánimo de lucro. A juicio de la patronal, el permiso municipal otorgado a Bauhaus para la realización de dicha acción promocional resulta discriminatoria para el pequeño comercio. Por este motivo, PIMECO presentó un escrito al Ayuntamiento de Palma solicitando la retirada de los puestos instalados por la enseña de bricolaje.
No obstante, desde C de Comunicación hemos comprobado que el artículo 37 de dicha Ordenanza se refiere a las ocupaciones temporales con motivo de inauguraciones y aniversarios. En el apartado 1 de dicho artículo se explica que:
“Se podrán autorizar ocupaciones temporales de la vía pública con motivo de actos de inauguración de establecimientos u otros acontecimientos significativos, siempre que su cabida resulte insuficiente para hacerlo en el interior y no se intercepte la circulación rodada o de los peatones, ni entradas a inmuebles, se hará de acuerdo con las condiciones que disponga el órgano municipal competente.”
Desde Bauhaus confirman que solicitaron y se obtuvieron todos los permisos pertinentes y que, incluso, se enviaron imágenes donde se podía ver con detalle todo lo que se iba a instalar. También aseguran que esta promoción solo estaba programada para el viernes 26 de julio.
Y si hubiese sido la asociación de comerciantes de Palma incentivando la compra en sus establecimientos el que hubiese organizado los puestos y fuera el Bauhaus el que se sintiera molesto y manifestara su queja pública ¿que hubieramos pensado?