“Basta una gota de vinagre para estropear el mejor vino”. Este dicho mallorquín describe a la perfección lo que está ocurriendo en la isla tras los brotes de COVID-19 que se han producido en los últimos días y el ruido mediático realizado por algunos de los jóvenes que fueron confinados para atajar la expansión del virus.
“Después del año tan duro que hemos pasado, lo que ha ocurrido estos días es indignante“, afirma Joan García, gerente de de Bricocentro Llomgar (en Alcudia, Mallorca). Joan habla como ‘portavoz’ de los propietarios de negocios en Mallorca. “La mala imagen que esos jóvenes y sus padres han dado de Mallorca puede fastidiarnos el verano“. “Es el sentir de todos”, subraya.
“Como mallorquín, primero, y como propietario de un negocio, después, no hay derecho a que, después del invierno tan duro que hemos pasado, con la cuarentena más fuerte de toda España, con todo cerrado (ocio, restauración, etc.)… se nos cuelen unos viajes de estudios que han incrementado la incidencia de contagios en Mallorca y, encima, que estén extendiendo el virus por toda la Península”, dice cabreado.
Se están anulando reservas
Las televisiones de toda España, y también las de algunos países europeos, se hicieron eco de los brotes de COVID-19 que se produjeron en Mallorca por excursiones de jóvenes “que se escaparon del control del Gobierno balear”, según explica Joan García.
Algunos de esos jóvenes, confinados en un hotel mallorquín para evitar más contagios, y sus padres, que hablaban del supuesto “secuestro” de sus hijos, “han dado una imagen que no se corresponde con la realidad”, añade el gerente de Bricocentro Llomgar.
“Hubo más jóvenes confinados que fueron más responsables y colaboraron”, explica. “Pero esos que armaron tanto ruido han ofrecido una visión de Mallorca que está provocando que se anulen reservas, y nosotros vivimos del turismo, del empleo que proporciona la restauración… por eso esta situación nos indigna muchísimo”, asegura.
En su caso, Joan explica que de momento no ha notado un descenso en las ventas. Es más, dice que están “trabajando a tope”. Pero tanto él como otros comerciantes de la isla tienen “miedo”. “Estamos en el momento cumbre del verano, aquí hay muchas segundas residencias, éramos la única región a la que Reino Unido había dado el semáforo verde… y ahora estamos cabreados, porque tenemos dudas de si los turistas y los que tienen segundas residencias vendrán a partir del 15 de julio”, expone.
“La libertad de otros acaba donde empieza la mía”
De hecho, Joan explica que esta misma semana estaba previsto abrir hoteles para el turista inglés, “pero otra vez se ha parado”. “Siento decirlo así -añade-, pero yo digo que la libertad de otros acaba donde empieza la mía“. Y es que, la temporada 2021 “había empezado bien -comenta-; desde febrero y marzo estábamos trabajando muy bien, pero ahora tenemos miedo y mucha estupefacción, porque no entendemos cómo se han colado todos estos viajes”, señala.
“Sabíamos que este verano iba a ir bien, que se salvaría, aunque no fuese extraordinario, y ahora todos estamos a la espera de ver lo que pasa“, se lamenta. Porque en Mallorca, esta mala imagen que se está ofreciendo “repercute en todos los negocios”, agrega. “Teníamos una reputación inmaculada y ahora nuestra imagen se está viendo afectada“, prosigue. “Todos estamos muy cabreados e indignados”, vuelve a insistir, a modo de conclusión.
Hola Joan, siento mucho por lo que estáis pasando en Mallorca, es cierto que cualquier mala prensa puede arruinar una temporada y asusta pensar que se retrasa la recuperación económica, el sector esta tocado y muchos no podemos más. Sin embargo permíteme mi discrepancia al señalar a estos jóvenes como culpables, cuando el gobierno balear ha actuado de una forma nefasta y estos chicos viajaron todos con su prueba de antígenos negativa.
Creo que no se debería señalar a un solo culpable cuando los medios de comunicación y como he dicho, el gobierno balear, han actuado muy mal.
Un abrazo y mucho animo!