No son conformes a las disposiciones europeas, lo que quiere decir que no cumplen con los requerimientos exigidos y, por lo tanto, no son seguras. Y si una mascarilla no es segura, la protección contra el virus (y contra otro tipo de riesgos respiratorios) no está garantizada… por no decir que no existe.
Así lo ha advertido, una vez más, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal), que asegura que alrededor del 55 % de las mascarillas analizadas durante la pandemia por el Centro Nacional de Medios de Protección dependiente del Ministerio de Trabajo “no son conformes a las disposiciones europeas”.
A Asepal le preocupa que las empresas no controlen los EPI (equipos de protección individual) que proporcionan a sus trabajadores. Incluso que haya productos que se venden como EPI pero que, en realidad, no cumplan con las condiciones exigidas, como por ejemplo las mascarillas FFP2, a las que ya se ha referido la asociación a lo largo de los meses de pandemia.
Sistematizar y guiar la selección y uso de los EPI
Por ello, la patronal defiende la necesidad de implantar en todas las compañías un programa que sistematice y guíe el proceso de selección y uso de los EPI para verificar que son seguros.
Asepal recuerda que, al inicio de la pandemia, la sobredemanda de algunos productos produjo roturas de stocks, por lo que, para paliar esta situación, los gobiernos de la UE emplementaron medidas que facilitaron el suministro, pero que provocaron la llegada masiva de determinados tipos de EPI que, aún hoy, circulan en el mercado y que no se ajustan a los requerimientos exigidos.
Asepal informa de que ha mantenido un contacto continuo con diversos órganos de la Administración y con multitud de responsables de la Salud y Seguridad de los trabajadores para “establecer líneas de acción” que garanticen que los EPI que se encuentran en el mercado “respondan a los estándares de calidad que rigen en Europa”.
“En la salud y seguridad en el trabajo no hay atajos, y un fallo en los sistemas destinados a forecer protección a los trabajadores supondrá un accidente o la aparición de una enfermedad profesional que minará la calidad de vida de los trabajadores”, concluyen desde Asepal.