En Alemania, los centros de bricolaje y las ferreterías tienen permitida su apertura en general, aunque en algunas regiones pueden existir limitaciones, en función de la situación de la pandemia en ellas.
Tal y como nos cuenta Rainer Strnad, del medio alemán DIY International, hay casos en los que los clientes deben confirmar que han dado negativo en las pruebas. En otras regiones, han de concertar citas para entrar en las tiendas. Estas restricciones normalmente no se aplican a los clientes profesionales, sino solo a los consumidores finales. Por otra parte, la opción de click&collect funciona en todos los casos.
Rainer explica que las primeras tiendas que pudieron reabrir en marzo (tras meses de cierre) fueron, entre otras, los centros de jardinería y un poco más adelante los centros de bricolaje que disponían de espacio propio de jardín (pero los clientes no tenían permitido acceder al resto de la tienda). Ahora sí están abiertos, pero deben respetar la normativa local o regional, que incluye el denominado ‘freno de emergencia’. Este se aplica cuando los índices de contagio crecen.
Baviera, la más restrictiva
Desde hoy, 12 de abril, los centros de bricolaje y ferretería dejan de tener carácter esencial en Baviera, debido a un fallo judicial. Por tanto, solo pueden abrir en función de la incidencia que exista en el momento. Es decir, cuando se supere el nivel de incidencia de 200 contagios por 100.000 habitantes, los centros de bricolaje deberán cerrar. Dejará de haber restricciones, solo con incidencias por debajo de 50 casos. Con una incidencia entre 50 y 100, estará permitida la venta con cita previa; entre 100 y 200, además de la cita previa, se exigirá una prueba negativa. Y con ratios por encima de los 200, solo se permite el click&collect.
