Según el estudio ‘El estado del e-commerce y el retail. Un crecimiento en evolución ante la incertidumbre del COVID 19’, elaborado por EAE Business School, un 30 % de los consumidores encuestados afirma que comprará más por internet a raíz de la crisis del COVID-19.
En esta misma línea, según Nielsen, las medidas de contención en España han provocado un aumento de más de un 50 % en la venta online de productos de gran consumo, durante las dos primeras semanas. En cambio, el resto de las categorías se están resintiendo.
Tal y como revela este estudio, el distanciamiento social y el obligado confinamiento impuesto por el Gobierno para frenar la epidemia han favorecido que personas que hasta la fecha no habían optado por el canal digital para sus compras lo estén haciendo forzadas por esta situación. Aunque desde el EAE advierten que aún es pronto para dimensionar este efecto, los primeros datos obtenidos apuntan en esta dirección.
En una encuesta realizada por el profesor y autor del estudio, Pablo Contreras, el 8,3 % han comenzado a comprar productos de alimentación a través de internet y un 4 % de encuestados ha empezado a comprar por internet en general.
“Este cambio en el comportamiento del consumidor demandará recursos e inversiones que probablemente no estén al alcance de muchos pequeños operadores que, a fecha de inicio de la crisis, se encontraban en momentos de desarrollo y consolidación de su negocio, proyectos jóvenes muchos de los cuales aún no habrían llegado a la fase de madurez y de rentabilización y, por tanto, con un músculo financiero insuficiente para poder soportar una parada de actividad y una reanudación de la mismas con el peaje de mayores esfuerzos inversores”, explica el profesor de EAE y autor del estudio, Pablo Contreras. En este sentido, Contreras indica que el e-commerce vive “un proceso un tanto darwinista que propicie en el corto plazo una reducción en el número de operadores online”.
Retos y tendencias del sector ante el COVID-19
Según el estudio, los diferentes operadores de este mercado deberán realizar cambios estructurales a raíz de la crisis generada por el COVID-19.
Por un lado, los operadores omnicanal verán como sus ventas online se ven reforzadas debido a la paulatina reducción de tiendas físicas por la imposibilidad de rentabilizar espacios por las medidas de distancia social.
Sin embargo, el canal online deberá reforzarse y mejorar sus capacidades de logística y manipulación de producto. En este sentido, deberán plantearse nuevas formas de llevar a cabo los procesos de entrega de mercancías que reduzcan o eliminen el contacto con el cliente.
El estudio, también apunta a que los precios online tenderán a igualarse con el canal offline e incluso los superarán en muchas ocasiones, ya que las cadenas de producción y logísticas tenderán a una relocalización y a un acercamiento mayor a los puntos de entrega final, a fin de eliminar complejidades logísticas y riesgos operacionales, pero supondrá un aumento de precios. Por último, deberán mejorar sus canales de comunicación con el cliente, que demandarán niveles de atención y de servicio superiores.