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Foto de archivo con miembros del Gremi de Ferretería de Catalunya.

El Gremi alerta de que, sin tasa de compensación fiscal, podrían desaparecer el 50 % de las ferreterías catalanas

Por Ángeles Moya
Las ferreterías catalanas congregan a casi 7.200 trabajadores o autónomos, y en 2021, por ejemplo, los impuestos que pagaron empresarios y trabajadores del sector supuso una recaudación total de 240 millones de euros.

El Gremi de Ferreteria de Catalunya ha realizado un estudio económico en el que se pone de manifiesto el desequilibrio fiscal que existe entre el comercio de proximidad y el comercio electrónico. Un desequilibrio que, a corto plazo, podría dibujar tres posibles escenarios, tomando como base el gran impacto que tienen en la sociedad las ferreterías, tanto a nivel de proximidad y trato con los clientes, como respecto a los impuestos que devengan con su actividad.

El primer escenario que podría producirse es que desparezcan el 50 % de las ferreterías de Cataluña, con una caída del 27,41 % de la recaudación de impuestos; en el segundo escenario, la caída llegaría al 13,70 % de los impuestos, tras destruirse el 25 % de los establecimientos; y la última hipótesis contempla el cierre del 10 % de las ferreterías, lo que provocaría una caída del 5,4 % de todos los impuestos que llegan a las administraciones.

Y es que, según explica Andreu Maldonado, presidente del Gremi (entidad que agrupa a 1.246 puntos de venta en Cataluña), las ferreterías catalanas congregan a casi 7.200 trabajadores o autónomos, y en 2021, por ejemplo, los impuestos que pagaron empresarios y trabajadores del sector supuso una recaudación total de 240 millones de euros, incluyendo 92 millones en concepto de IVA.

La recaudación se irá reduciendo “drásticamente” con el avance del comercio electrónico

“Pero esas cifras, necesarias para mantener el bienestar social, se irán reduciendo drásticamente con el avance del comercio electrónico sin una tasa de compensación fiscal, generando destrucción de empleo, una caída significativa en la recaudación fiscal y una concentración de la riqueza en las grandes ciudades”, añade Maldonado. 

Este cambio de modelo en el comercio, según el presidente de la entidad, “también pone en peligro la seguridad y cohesión social en espacios públicos, reduciendo la vigilancia natural y el tránsito de ciudadanos por sus calles”. Por ello, a su juicio, “el comercio electrónico debe y puede convivir con el comercio de proximidad, pero no como una subasta de precio, sino como un canal de venta complementario para todo tipo de clientes y productos”.

“Es necesario equilibrar los ingresos que aportan los dos modelos de negocio”

“Es evidente que tanto los costes operativos como los fiscales del comercio de proximidad son más elevados que en el comercio electrónico”, explica Maldonado. “Es responsabilidad del empresario -continúa- compensar el incremento de los costes operativos con una mejor experiencia del usuario en el comercio de proximidad, pero la carga fiscal corresponde a las autoridades equilibrarla con la intención de mantener el bienestar social al que estamos acostumbrados”.

Maldonado señala que “no se trata de subvencionar al comercio de proximidad como medida de protección ni de castigar fiscalmente al comercio electrónico, pero es necesario -añade- equilibrar los ingresos que aportan los dos modelos de negocio en las arcas públicas del estado, equilibrando al mismo tiempo su competitividad y garantizando en el corto, medio y largo plazo la seguridad, convivencia y bienestar social por todo el territorio”.

Según Maldonado, el comercio online empobrece la sociedad sin una tasa de compensación. “Lo que tratamos de hacer -puntualiza el presidente del Gremi- es alertar a la Administración del riesgo de empobrecimiento social”.

“Este nuevo modelo está destruyendo más de lo que aporta”

Y es que, para Maldonado, el modelo de comercio está evolucionando de un modo similar a como lo hizo la industria hace 40 años, “cuando se creyó que era un buen negocio irse a China a fabricar”, recuerda. “Pero este modelo -agrega- también empobreció a países enteros, que se quedaron sin lugares de trabajo cualificados”.

A modo de conclusión, el presidente del Gremi advierte de que “parece que estamos delante un mismo modelo, en este caso no de la industria sino del comercio; y es un modelo que aparentemente ayuda al usuario, porque es más económico, pero está destruyendo más de lo que aporta”.

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Andreu Maldonado
Andreu Maldonado
19/09/2023 10:45

Gracias por la publicación. Efectivamente el comercio de proximidad no necesita subvenciones para subsistir pero sí equilibrar el aporte fiscal que cada canal de venta realiza a la sociedad, porque en caso contrario, el empobrecimiento social o la tentación de aumentar impuestos al comercio serán todavía más perjudiciales en la destrucción de empleo y distribución de riqueza por el territorio.

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