José Durán, miembro del equipo comercial de Grupo Maldonado, ha fallecido esta semana (en concreto el lunes día 11 de septiembre) a la edad de 55 años. Hoy viernes, día 15, a las 10:00h de la mañana, se ha celebrado un oficio religioso en su memoria, en el Tanatorio de Santa Perpetua de la Moguda (Barcelona).
Durán, que llevaba más de un año padeciendo una enfermedad crónica sin pronóstico grave, falleció mientras dormía. “Los sinsentidos de esta vida han provocado que justamente en el momento en el que empezaba una nueva vida nos dejara sin avisar“, comunicaba, tras su fallecimiento, el que había sido su jefe durante más de tres décadas: Andreu Maldonado, CEO de Grupo Maldonado y presidente del Gremi de Ferretería de Catalunya.
José Durán: 33 años en Grupo Maldonado
Y es que, según ha comentado Maldonado a C de Comunicación, José Durán había causado baja en la empresa, por invalidez permanente, el pasado mes de agosto, después de 33 años en Grupo Maldonado. “Los que hemos tenido la suerte de conocerle, le estaremos siempre eternamente agradecidos por todo lo que nos enseñó, siempre con una sonrisa hasta en sus peores momentos“, recuerda Andreu Maldonado, quien afirma que José fue “un ejemplo de humanidad desde el primero hasta el último de sus días”.
Y así lo recuerdan también -como un “gran colaborador y mejor persona“- muchos de los profesionales del sector que están escribiendo comentarios sobre el fallecido en la red social LinkedIn, a la vez que trasladan sus condolencias a la esposa y los dos hijos del fallecido.
El adiós de Andreu a su compañero y amigo
Durante el oficio religioso que se ha celebrado hoy viernes, Andreu Maldonado ha dedicado unas emotivas palabras, que reproducimos a continuación íntegramente, a quien fuera su compañero y amigo durante más de tres décadas.
“Nuestra relación inició un 8 de octubre de 1990, hace 33 años, siendo niños, muy jóvenes, con muchos sueños y grandes retos que acometer.
En aquel entonces, José consideró que una pequeña empresa llamada Maldonado, creada por mis padres y situada en un pequeño y humilde establecimiento de la Rambla de Prim, podía ser un buen lugar para desarrollar su carrera profesional.
Nunca le asustaron los retos ni las dificultades, recorriendo gran parte de España y haciendo amigos más que clientes en todos los rincones.
Más allá del desempeño profesional, su mayor cualidad fue la generosidad, bondad, humildad y empatía con la que se relacionó con compañeros, clientes y colaboradores. Era una buena persona. Muy buena.
Considero que el mayor éxito que nuestra empresa ha cosechado durante todos estos años ha sido el rodearnos de buenas personas que han conseguido al mismo tiempo crear una gran familia, porque más allá del negocio, los valores humanos dejan huella y perdurarán en nuestro recuerdo y corazón eternamente.
Durante todos estos años, hemos compartido muy buenos momentos, hemos visto crecer a nuestros hijos y también nos hemos acompañado en momentos de gran dificultad.
Para el recuerdo nos quedan nuestros míticos viajes a Ferroforma en Bilbao, trabajando mucho pero riendo todavía más, convenciones en hoteles rurales, Construmat, tus plagios haciéndote pasar por Andreu cuando yo no estaba en las mejores condiciones…
El roce hace el cariño y 33 años dan para mucho roce: el humor con el que afrontabas cualquier situación ha transmitido amor en todas tus acciones, y el espíritu de sacrificio con el que entendías la vida te ha elevado a ser uno de los más grandes en todos los sentidos.
Los sinsentidos de esta vida han provocado que justamente en el momento en el que empezaba una nueva vida nos dejara sin avisar. El destino es caprichoso e incierto para todos nosotros, pero no por ello menos doloroso.
Te estaremos siempre agradecidos por todo lo que nos has dado y estoy seguro de que millones de llaves te abrirán las puertas del cielo”.
Nota de redacción: el equipo de C de Comunicación se une al dolor de amigos y familiares. DEP.