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Foto de archivo: Cevisama 2020.
Foto de archivo: Cevisama 2020.

Cevisama, suspendida por la crisis energética y la guerra de Ucrania

Por Ángeles Moya
El sector se están enfrentando a problemas de abastecimiento de arcillas -la mayoría procedían de Ucrania- y a la pérdida del mercado ruso, que ocupó el puesto 12º entre los principales destinos de la cerámica española en 2021.

“Situación de emergencia“. Así se ha referido Carmen Álvarez, directora de Cevisama, a la situación que ha motivado la suspensión del certamen. “No podemos celebrar una Cevisama de mínimos, y no podemos, ni queremos, defraudar a los visitantes profesionales que recibimos cada año de todo el mundo”, ha añadido.

Y es que Cevisama, la feria de referencia para el sector cerámico, que se iba a celebrar del 13 al 17 de junio, ha tenido que ser suspendida y su próxima edición tendrá lugar del 27 de febrero al 3 de marzo de 2023. “La grave crisis que atraviesa el sector cerámico ha llevado a Feria Valencia a posponer el certamen internacional de cerámica y baño”, han informado desde la organización en un comunicado.

La decisión se adoptó el pasado 31 de marzo durante una reunión extraordinaria que mantuvo el comité organizador. En ella, se determinó que la feria, que ya había sufrido más aplazamientos debido a la pandemia, no podía celebrarse este año “por la crítica situación que atraviesa su pilar expositivo, la industria cerámica, que se enfrenta a un escenario de gran incertidumbre y consecuencias impredecibles tras la invasión rusa de Ucrania”.

Se ha perdido el mercado ruso y las arcillas procedían de Ucrania

Y es que la guerra ha recrudecido la crisis energética que vienen sufriendo las empresas cerámicas desde mediados del año pasado. De hecho, el estallido del conflicto bélico ha provocado una escalada insostenible de los precios del gas, y el sector, una industria gasintesiva, se enfrenta ya a paros de producción y ajustes laborales en forma de regulaciones temporales de empleo (ERTE).

Al inasumible coste energético, hay que sumar otros factores que complican todavía más la crisis sectorial: los problemas de abastecimiento de arcillas -la mayoría procedían de Ucrania- y el encarecimiento generalizado de otras materias primas, así como de los costes logísticos. La industria cerámica, además, ha perdido el mercado ruso, que ocupó el puesto 12º entre los principales destinos de la cerámica española el año pasado.

En este contexto, y pese a que la demanda estaba respondiendo de forma muy positiva (el prerregistro de visitantes era un 25 % superior al de anteriores ediciones), el escaparate comercial ha ido perdiendo fuerza hasta el punto de no ser lo suficientemente atractivo como para celebrar el certamen, según han explicado desde Feria de Valencia.

“Lamentamos los problemas que este nuevo aplazamiento pueda causar, pero estamos hablando de una situación de emergencia y sobrevenida que no nos permite organizar el gran reencuentro que tanto ansiamos”, lamentó Carmen Álvarez.

La última edición de Cevisama, celebrada en febrero de 2020, congregó a 847 expositores, que ocuparon un espacio de 126.000 metros cuadrado en Feria de Valencia.

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