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IV Mesa redonda de jardín

¿Hay oportunidades para las ferreterías y centros de bricolaje en temas de huerto urbano?

C de Comunicación organizó el pasado 10 de octubre, en Madrid, la IV Mesa redonda de jardín, a la que asistieron 14 directivos de empresas distribuidoras y fabricantes del sector.

Durante la pasada mesa redonda de jardín se produjo un debate interesante acerca de las oportunidades que ofrece el huerto urbano a las tiendas de ferretería y bricolaje, con dos posturas encontradas.

Por un lado, los distribuidores mantienen un surtido muy básico porque prefieren productos con mayor rentabilidad. Y, por otro, las marcas inciden en las oportunidades que se están perdiendo. 

Para Fran Salgado (Las Rías), hay diferencias según las regiones. “Por nuestra zona, que es rural, el huerto urbano no existe prácticamente. En Galicia todo el mundo tiene su terreno y lo cultiva. Hicimos una intentona de meter huertos urbanos y plantas aromáticas y no salió. Sí vendemos semillas y complementos, pero nada más. En cuanto a las plantas, para nosotros es muy complicado, como central, gestionarlas. Para eso hay centros especializados que se dedican exclusivamente a ello”.

De la misma opinión se mostró Javier Giménez (Coferdroza): “Hemos intentado varios años introducir huerto y semillas y no hemos tenido ningún éxito. Nuestro tipo de socio no ha sabido desarrollarlo. Ha habido años en los que hemos intentado dar un plus al huerto como invernadero y no ha funcionado. Somos conscientes de que el huerto genera otras ventas: semillas, sustratos… Pero no ha tenido éxito”.

Alberto Anula (ATB BricoCentro) fue un paso más allá. “El huerto urbano, para los ferreteros y las medianas superficie de bricolaje, no es nuestra guerra. Debemos de ofrecerlo como un complemento, porque tenemos ese concepto de bricolaje, jardinería y decoración. Y dentro de la jardinería tienes que intentar tocar todas las secciones. Pero para el resto ya están los viveros y los centros de jardinería. Lo que sí hemos de hacer es darle al cliente final la información de cómo reciclar, qué tipo de semilla necesita… Y las tiendas físicas hemos de recabar a los proveedores esa información. Pero desde el punto de vista de rentabilidad, prefiero vender dos o tres conjuntos de jardín que tener que hacer un desarrollo tremendo para vender un huerto urbano. Dentro de nuestro modelo de negocio, tenemos que ir a otra cosa”.

Paula Orozco (AECJ) reconoció las dificultades de “tener una tomatera en la cocina de casa. No es lo mismo tener una tienda en un centro urbano que en un ambiente más rural. Las marcas nos lo han puesto muy fácil con las mesas de huerto urbano, pero los clientes que entran en nuestras tiendas manifiestan que no es tan fácil el cultivo de huerto dentro de un piso. En casa nos limitamos a plantas aromáticas y poco más. En el online a lo mejor es diferente. La mesa y el huerto urbano, en según qué zonas, no es tan fácil de vender”.

Xavier Merino (Compo) amplió el concepto de huerto urbano. “Hay un poco de confusión cuando hablamos de huerto urbano. Es algo más. Va desde la mesita de alguien que quiere tener unas plantas aromáticas o tomateras para enseñarle a su hijo lo que es una planta o cómo crecen hasta los que quieren complementar su subsistencia en vegetales o tomar vegetales con garantía natural. Hay también huertos urbanos sociales que articulan e integran a gente joven o a gente mayor. Por eso, hemos de tener un enfoque más largo. Por ejemplo, hay un quiosco en Zaragoza que vende solo esquejes y tiene colas de compradores cada día. Creo que existe una oportunidad. La necesidad está, pero quizá no hayamos sabido darle una respuesta como comercios. Ikea está estudiando nuevos productos para desarrollar huertos urbanos. El mercado es pequeño, pero va a ir a más y la cuestión es cómo vamos a construir esa oferta y responder a esa necesidad”.

En palabras de Manuel Latorre (Catral Garden and Home), “las ferreterías tendrían que hacer una bonita puesta en escena del producto y combinarlo con formación a familias. Ahondando en estas dos líneas se podría fomentar las ventas de este tipo de producto, incluso en el canal ferretero”.

Ferreterías y marcas pueden hacer crecer este mercado, en opinión de Raúl Montoro (SBM): “Ferreterías y centros de bricolaje, por número de puntos de venta, tenéis acceso a mucha más gente y ahí podríamos, en conjunto, hacer crecer este mercado. Es una tendencia y desaprovechar la cercanía que tenéis las ferreterías y centros de bricolaje urbanos para dar esa información o ese acceso me parece una lástima”.

Los centros de jardinería, al abrir los domingos, también intentaron ampliar su oferta con productos más ferreteros. Así lo explicó Paula Orozco: “Nosotros también hemos intentando tener herramientas que ayuden a ese ocio de los domingos, pero nuestro ocio es el verde principalmente. Desde luego que, cuanto más verde haya, muchísimo mejor para todos”.

Raúl Ruiz(Bricogroup)recordó que “la mayoría de las tiendas tenemos los surtidos y los productos de huerto, pero no representan una cifra interesante, porque necesitas tener una representación muy alta y ser especialista. La mayoría de nuestras tiendas tienen el espacio limitado”.

Miguel Gomes (Lusavouga) aportó su conocimiento del mercado portugués: “Hay tendencias relacionadas que pueden ser aprovechadas. La parte más rural de Portugal están haciendo sus huertas y necesitan herramientas eléctricas, tornillería, alambre… Sobre todo en personas que quieren hacer su vino, su aceite… En Portugal hay esa tendencia”.

Para María Sánchez (Planeta Huerto), la clave está en el tipo de usuarios de cada canal. “El problema es que la ferretería no tiene el cliente tipo que busca huerto urbano. Pueden hacer acciones para conseguir ese público objetivo, pero es un esfuerzo a todos los niveles que a lo mejor ahora no les sale a cuenta”.

El rejuvenecimiento de la clientela es uno de los aspectos positivos de incorporar productos de huerto urbano, tal y como señaló Xavier Merino: “El público que consume huerto urbano es, en su mayoría, más joven, por temas de educación. Y el huerto urbano sirve para rejuvenecer las bases de clientes. En ese sentido, hemos lanzado Undergreen, una marca que va a dar respuesta a eso”.

Y Raúl Montoro sentenció: “Estamos separando mucho al jardinero del bricolador. Al final, un huerto urbano o una jardinería en un piso de 90 metros es más cercano al bricolaje que a un jardín, porque tienes que ser un poco manitas. Me parece una lástima que comercios urbanos de cercanía que tenéis esa tradición de asesorar a vuestro cliente no veáis la oportunidad”.

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Puedes leer el reportaje completo de la IV Mesa redonda de jardín en el número 63 de Cuadernos de Ferretería y Bricolaje.

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