ManoMano acaba de cerrar una ronda de financiación por valor de 355 millones de dólares (alrededor de 300 millones de euros), lo que convierte a este marketplace en el primer unicornio del sector del bricolaje. Una start up se convierte en empresa unicornio cuando alcanza un valor de mil millones de dólares. Pues bien, Manomano ya está valorada en 2.600 millones de dólares (unos 2.200 millones de euros).
Francesco Caravello, vicepresidente de Desarrollo de Negocios de la plataforma, ha explicado a C de Comunicación la importancia de esta nueva ronda de financiación, la mayor de ManoMano hasta ahora y la tercera más alta de toda Francia. “Hemos visto un cambio real en el mercado, desde que iniciamos el proyecto hace ocho años”, comenta. “Los consumidores cada vez compran más online” y esto ha llevado a culminar esta ronda. “Nuestra filosofía customer centric y la utilización de recursos TIC nos permite hacer crecer a nuestros sellers“, señala Francesco.
Próximos pasos de ManoMano
La compañía va a centrar su estrategia más inmediata en cuatro ejes:
- Reforzar su posicionamiento en todos los mercados en los que está presente y seguir creciendo.
- Ser en cada país “el líder que queremos ser”, en palabras de Francesco Caravello.
- Enforcarse en el B2B.
- Ampliar servicios de logística, marketing, publicidad…
En España, el marketplace de bricolaje y jardín continuará invirtiendo, dada la relevancia que nuestro país tiene para el grupo (fue el primer mercado internacional en el que se implantó). Aquí cuenta hasta ahora con 850 empleados, pero acabará 2021 con 1.000 trabajadores. Y, además, prevé duplicar dicha cifra a finales del año que viene. El crecimiento alcanzado en España ha sido exponencial desde el principio. En 2020 Manomano ya facturó 110 millones de euros, lo que supuso un incremento del 120 % respecto a 2019. Y para 2021 la compañía confía en batir otro récord.
En cuanto a abrir nuevos mercados, “no creo que esté en nuestros planes inmediatos”, reconoce Francesco, así como tampoco la incorporación de productos no relacionados con el bricolaje, porque “la oferta debe tener un sentido”.
Algo distinto es desarrollar una marca propia. “Son reflexiones que hemos mantenido. De cara a desarrollar un catálogo responsable en el futuro, podríamos plantearnos crear una gama de productos de marca propia, en colaboración con fabricantes del sector”, confiesa, aunque no sería de hoy para mañana.
