Ricardo Lázaro y Maribel Lavilla regentaban desde hace más de 40 años Ferretería Ricardo Lázaro, un negocio de unos 53 m2 de sala de venta y con casi 70 años de historia, localizado en la pequeña localidad de Daroca, en Zaragoza.
Y decimos regentaban porque el pasado 25 de marzo, en pleno confinamiento, a esta pareja ferretera le llegó la jubilación. “Habíamos imaginado nuestra despedida cientos de veces, de cientos de maneras diferentes, pero siempre desde detrás del mostrador”, explican en una carta publicada en un grupo de Facebook. Pero la realidad es que la declaración del estado de alarma, el pasado 14 de marzo, y el consiguiente cierre de los comercios no esenciales propició que su despedida del sector fuera virtual.
Aunque ello no ha supuesto el cierre definitivo del negocio, sino más bien un punto y aparte, ya que las riendas las ha cogido Servando Rubio, que durante tres años ha estado trabajando junto a Ricardo, quien le ha enseñado bien el negocio antes de su jubilación.
“Trabajé unos 20 años de electricista aquí, en Daroca, y tras jubilarse el dueño de la empresa en la que estaba empleado, decidí cambiar de aires y buscar otra cosa. Me planteé varios trabajos pero no esperaba que Ricardo me ofreciera el poder trabajar con él para aprender bien el negocio antes de su jubilación. Para él era algo más que un negocio y puso mucho empeño en que la persona que se lo quedara supiera lo que estaba haciendo”, explica Servando.
Por lo que el traspaso estaba ya acordado, pero con lo que no contaban era con la pandemia, que ha hecho que la apertura fura un tanto rara, comenta. “Era muy extraño el tener que estar pidiendo papeles para darse de alta de autónomos y permisos para apertura de negocio cuando todo un país estaba haciendo lo contrario”, cuenta. “Menos mal que algunas cosas como el cartel de la puerta, el mostrador, el material informático para meter todos los productos en una base de datos… estaba ya mirado, aunque no colocado”.
Así, en medio de este escenario dantesco provocado por el coronavirus, el pasado 4 de mayo Servando pudo, por fin, abrir las puertas de su ferretería: La Ferretería de Servando. Con la desescalada, asegura, “todavía quedan cosas pendientes, pero bueno, con el tiempo. Ahora lo primero es poder atender a los clientes lo mejor posible en las condiciones que nos marca la ley por esta situación”.
Tal y como escribía Ricardo en su carta de despedida “Servando y Susana –su mujer – han reunido el valor y la ilusión para continuar con el negocio. Vienen con juventud y buenas ideas, se van a esmerar en dar un buen servicio y esperamos que ellos también sientan el apoyo que siempre hemos sentido nosotros”.