La cadena de bricolaje estadounidense LL Flooring ha logrado sortear la bancarrota gracias a un comprador de última hora, un fondo de capital privado que mantendrá las operaciones de la empresa aunque no evitará que cierren más de 200 puntos de venta de los más de 400 que la enseña tiene distribuidos por el país.
Un cierre de tiendas siempre traumático pero que, de alguna forma, amortigua la decisión de la compañía a mediados de agosto de declararse en quiebra por falta de comprador -algo que finalmente ha logrado- y de cerrar todos sus establecimientos.
La enseña se fundó en 1993, de la mano de Tom Sullivan, con una tienda modesta en Massachusetts bajo el nombre de Lumber Liquitadores. En estas tres décadas, se ha consolidado como un relevante minorista del bricolaje en Estados Unidos.
Y ha sido precisamente uno de los fundadores de Lumber Liquitadors, el origen de LL Flooring, quien ha rescatado a la empresa del cierre definitivo.
El fondo F9, con sede en Miami, es precisamente propiedad de Tom Sullivan, quien ha anunciado que las 219 tiendas salvadas del cierre abrirá de nuevo con el nombre Lumber Liquidators y que, de alguna forma, volverán a la esencia de las tiendas originales.