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Mesa redonda

“Tenemos una gran capacidad de adaptación, que va a hacer que salgamos con cierto éxito de esta situación”

Por Marta JiménezDirectora general de C de Comunicación
Once conocidos proveedores, distribuidores y detallistas de ferretería y bricolaje participaron en la mesa redonda organizada por C de Comunicación el pasado 10 de junio, con el patrocinio de Rombull. En ella se analizó el presente y el futuro del sector.

El sector de ferretería y bricolaje ha demostrado una gran capacidad de adaptación ante las difíciles circunstancias provocadas por el COVID. Una facultad de la que proveedores, distribuidores y detallistas se muestran orgullosos y que permitirá que el sector supere esta situación.

“Todos hemos hecho un máster en tecnología, consumidores y empresas. Esto es un gran avance. Tenemos una gran capacidad de adaptación, que va a hacer que salgamos con cierto éxito de esta situación”, señala José Luis Beltrán, gerente de Coinfer.

Durante el estado de alarma, las empresas han ido atravesando por diferentes fases. “El confinamiento lo hemos vivido con percepciones muy encontradas”, cuenta Venancio Alberca, director general de Cojali y Cofan. “Al principio, con bastante pesimismo. Luego, una vez que admites la situación, empiezas a contemplar los escenarios más positivos”. Durante este tiempo, se ha producido “mucha reflexión y análisis y la puesta en marcha de muchas cosas que estaban en mente, pero no iban a la velocidad que deberían ir. En nuestro sector, omnicanalidad y digitalización han sido los dos conceptos que más hemos empujado, reflexionado y puesto en marcha para el futuro”.

En Panter se puedo seguir trabajando, al considerarse su producto como esencial. A pesar de que el confinamiento se ha vivido de manera suave, la directora general de la compañía, Rocío Pajares, reconoce que “teníamos inquietud por saber qué iba a ocurrir para adaptarnos a los procesos. Todos nos hemos dado cuenta de que somos muy vulnerables, tanto individual como colectivamente”.

Carlos Manrubia, director comercial de Ehlis, recuerda que los primeros momentos se vivieron con nerviosismo y temor. Pero enseguida empezaron a “pensar en la responsabilidad que tenemos como gran empresa dentro del gremio e intentar liderar esta responsabilidad con nuestros asociados”.

Reconoce que “las relaciones se tensionaron mucho entre asociados, accionistas, proveedores… Había que saber gestionar todo esto para buscar colaboración. Colaboración significa dar y también recibir. Apoyarnos entre todos. Y esto se está viendo en el mercado. Nos hemos adaptado todos muy bien, no ha hecho falta reinventarse”.  Por ello, se muestra “orgulloso de cómo han reaccionado todos: empleados, asociados, proveedores. Muy poca gente nos ha decepcionado. Como gremio nos podríamos dar un notable. Esto es el comienzo para los próximos meses que vendrán. Si trabajamos con la misma responsabilidad, nos irá bien”.

También con incertidumbre ha vivido Pedro Scala, director general de Aginco, toda esta situación. “Y la seguimos viviendo”, puntualiza. “No sabíamos cómo iba a reaccionar el sector y el sistema económico. Y seguimos sin saberlo”. A la incertidumbre se añade también la urgencia por “estar a la altura de las circunstancias. No estábamos preparados los primeros días para teletrabajar. Somos una empresa comercial y no hemos sabido encajar el teletrabajo con la actividad comercial. Es muy complicado desarrollar nuestra labor, si nuestros representantes no pueden visitar”.

Para Pedro, “estamos en un sector muy tradicional y reinventarnos puede llevar muchos meses o incluso años. No sabemos cómo nos vamos a manejar en los próximos meses para seguir dando el servicio que nuestros clientes y los clientes de nuestros clientes esperan”.

Cristiano Granata, director general de Stanley Black&Decker Iberia, resalta el espíritu de adaptación de toda la organización desde el principio, algo que marcará el futuro. “Este es un punto a favor y una gran mejoría, ofreciendo más flexibilidad a nuestros empleados y a nuestra organización. Hemos vivido incertidumbre, miedo. He intentado, a través de la tecnología, seguir trabajando con reuniones para tener siempre mucho contacto con la empresa y los directivos. Nuestro negocio se ha visto afectado muchísimo en marzo, abril y mayo. Ahora estamos viviendo también un crecimiento de ventas y mucha positividad”.

La velocidad en la toma de decisiones es una necesidad en estos momentos. Como señala José Luis Beltrán, “había un problema de salud y también veíamos un problema económico, porque las tiendas con licencia minorista estaban cerradas. Había que tomar decisiones muy rápidas y no sabíamos por dónde tirar”.

Todo cambió a partir de mayo, cuando comenzó el proceso de desecalada. “También las tiendas que no tenían licencia al mayor o no vendían online, habían aprendido a vender a puerta cerrada, a través de whatsapp, correo electrónico, teléfono. Con lo cual, a partir de mayo se produce un ‘boom’ de las ventas, acompañado también por el hecho de que el pequeño comercio estaba abierto, pero las grandes superficies de bricolaje, no. Esto ha favorecido que las cifras fueran espectaculares. Probablemente, todo lo que se ha vendido en mayo, al margen de los productos relacionados con el COVID-19, ha sido lo nunca visto en los últimos años”.

Para Ángel Miguel Expósito, presidente de Coarco, “han sido una semanas de trabajo apasionante. Desde la omnicanalidad y digitalización, con e-mail y whatsapp, hemos podido dar servicio al 40 % – 50 % de los clientes. A partir de mayo, con la desescalada, ha sido una locura. La ferretería estamos un poco sobrepasadas de trabajo. No estamos atendiendo como deberíamos a nuestros clientes ni proveedores. Y en la cooperativa se repite la situación de la ferretería”.

Javier Fresneda, Delfí Sirvent y Marta Keerl cerraron sus negocios con la declaración del estado de alarma. En el caso de Javier Fresneda, vicepresidente de Agrefema, “cerramos el 13 de marzo por la mañana y nos fuimos todos a casa, asustados. Pero a partir del lunes nos empezó a llamar gente a la que había que atender. Y no hemos dejado de hacerlo. Primero telefónicamente, luego con la furgoneta. Nos hemos ido adaptando. Hemos vendido producto totalmente distinto a lo que vendíamos y ha venido gente a la tienda que nunca antes había estado. Hemos recuperado lo que habíamos perdido con el cierre. Ha habido épocas en las que la afluencia de gente ha crecido un 50 % – 60 %”. 

Delfí Sirvent, presidente de QFplus, presentó un ERTE y “me quedé solo. Desde el primer día empecé a trabajar muchísimo a través de teléfono, whatsapp, correo. Hasta llegar al ‘boom’ de mayo. En abril empezamos a trabajar a puerta cerrada y haciendo todo lo que podíamos para atender”. Para Delfí, “uno de los errores más grandes ha sido no considerar a la ferretería como comercio de primera necesidad. Muchísima gente estaba desesperada porque no encontraba material”.

El presidente de QFplus se muestra orgulloso del trabajo realizado durante estos días, tanto por parte de la ferretería como de la cooperativa. “Si alguien, hace medio año, nos dice que tenemos que tener la tienda cerrada dos meses, le hubiéramos dicho que era imposible. Aprendemos muy pronto y nos sabemos adaptar. Se ha hecho una labor muy buena. Mayo ha sido extraordinario y junio lo está siendo también”. 

Marta Keerl. vicepresidenta del Gremi de Ferreteria de Catalunya, recuerda todos estos meses como un tiempo de “enorme estrés”, pero, al mismo tiempo, “como una oportunidad. Hemos estado cerrados dos meses a cal y canto, sin ventas. Fue pasar de 100 a 0 en una semana. Tuvimos que poner a la gente en ERTE, aguantar los pagos, negociar los alquileres, poner en marcha la venta online… Todo en un tiempo récord. Pero ha sido una oportunidad, porque te permite pensar en muchas cosas que tienes que mejorar o reforzar en tus tiendas. Hemos repensado de arriba a abajo toda la tienda. Nos hemos puesto al día, como si la tienda hubiera vuelto a renacer. Y esto se ha notado a nivel de ventas cuando hemos podido volver a abrir”.

Los centros de bricolaje sufrieron también un parón radical desde el día 14 de marzo. Guillermo Leal, presidente de BricoCentro, señala que “desde nuesra central intentamos ser lo más organizados poisble. En la última semana de marzo, viendo que el tema se iba a alargar, empezamos a trabajar a partir de varias premisas: la incertidumbre de la financiación bancaria, que no sabíamos si iba a llegar; que llegaría un momento en el que tendríamos que hablar con los proveedores para aplazar algunos pagos; e intentar hacerlo todo lo antes posible para que, tanto unos como otros, pudiésemos tener el mayor tiempo de anticipación”.

En su opinión, algunas de las principales conclusiones que se pueden extraer de esta situación consisten en la importancia de la organización y en reaccionar rápidamente. “Durante dos meses hemos estado a 0 o 0,5. A partir de ahí, la fase de desescalada está siendo muy rápida. En nuestro caso, con la limitación de los 400 m2, sorprendentemente bien, con crecimientos espectaculares con respecto a mayo del año pasado, incluso con las limitaciones de espacio. El parón nos había supuesto entre un 16 % – 17 % de las ventas anuales, que habían desaparecido y que no sabíamos si podían volver. En 16 días hemos sido capaces de recuperar un 3,6 % de la facturación anual”. Aunque confiesa no saber lo que va a durar este incremento en las ventas. “Probablemente junio y julio se comporten igual y tengamos un agosto normal con respecto a años anteriores. Hay muchas dudas de lo que va a pasar en el último trimestre o cuatrimestre. Probablemente, los proyectos de inversión sean los más penalizados de aquí a final de año”.

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En próximos boletines seguiremos ampliando las principales conclusiones de la mesa redonda sectorial.

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