Ayer, 25 de mayo, era el primer día de apertura sin restricciones de superficie para los comercios situados en zonas en fase 2 de desescalada. Los centros de bricolaje (al igual que ocurrió con las ferreterías a partir del 4 de mayo) también vivieron momentos en los que los clientes formaban colas en el exterior para acceder a los establecimientos (el aforo está limitado al 40 % en la fase 2).
Desde que las tiendas con más de 400 m2 de superficie pudieron reabrir sus puertas mediante la acotación de espacio (el pasado 18 de mayo), los centros de bricolaje han recibido un buen número de clientes y, lo que resulta más importante, las ventas se están desarrollando a buen nivel, a pesar de las limitaciones.
Esto supone un gran incentivo, tras dos meses cerrados por completo, como comentan Santiago Mouriño y Alicia Arriero, gerentes de BricoCentro y Bricogroup, respectivamente. Ambos coinciden en señalar que se ha incrementado el tique medio de compra de forma considerable, motivado por dos razones, sobre todo: la adquisición de mobiliario de jardín y piscinas, que son artículos de alto valor, y la compra acumulada de productos que los clientes no han podido realizar durante las semanas de confinamiento.
En cualquier caso, los responsables de ambas enseñas se muestran cautos ante la futura evolución de las ventas, aunque reconocen que el arranque ha sido fuerte. “Hay que esperar a que se normalice la situación para sacar una lectura correcta de lo que está pasando”, indica Alicia.
