La Ferretería by Ego no es cualquier ferretería. De hecho, no vende ningún producto ferretero, aunque guarda en su interior unos cuantos. Y, sobre todo, sus paredes atesoran gran cantidad de historias ferreteras.
Este local, situado en la céntrica calle Atocha, de Madrid, albergaba una ferretería tradicional (Ferretería y Quincallería de Esteban García) que cerró sus puertas tras la jubilación de sus propietarias, hermanas y tercera generación familiar del negocio. De hecho, una de ellas, María Jesús (la otra hermana ya falleció), todavía se deja caer por allí de vez en cuando, porque le gusta cómo han dejado la Ferretería, según nos cuenta una de las camareras.
Este restaurante, que se ha convertido, desde que abrió sus puertas a finales de 2018 en uno de los locales de moda de Madrid, ha respetado la esencia de la ferretería y no solo el nombre. La nomenclatura ‘by Ego’ se refiere a las iniciales del maestro cortador de jamón responsable del restaurante, Emilio García Ortigosa, que casualmente comparte iniciales con el fundador de la ferretería (Esteban García de Ochandatay).
Nada más atravesar sus puertas te sumerges en el interior de una ferretería de principios del siglo pasado, con sus mostradores de madera y sus compartimentos, también de madera, para guardar herrajes, tornillos, cerraduras y demás. Ahora, esos compartimentos custodian botellas de vino y licores y los mostradores acogen tapas y jamones.
La planta inferior, que anteriormente era el almacén de la ferretería, ahora alberga diferentes salones del restaurante. La carta incluye referencias a la ferretería y por cada rincón se respira un ambiente ferretero.