Después de cuatro décadas dedicándose al sector, Gregorio García, propietario de la emblemática Ferretería Gregorio García, ubicada en Madrid, se jubilará el próximo año y espera encontrar un relevo para su negocio.
“Ha llegado la hora de mi jubilación y me gustaría que alguien continuara con un negocio que actualmente funciona perfectamente”. Estas son palabras de Gregorio García, quien ha dedicado toda su vida al sector de la ferretería y bricolaje y se enfrenta a una encrucijada, ya que sin un relevo, el cierre de su tienda parece inevitable.
Una historia que comenzó en 1984
La Ferretería Gregorio García abrió sus puertas en 1984 en Madrid, fruto de la determinación de Gregorio y su esposa de emprender su propio proyecto. Desde entonces, la tienda ha evolucionado sin perder su esencia.
Hace unos 10 años, el negocio se trasladó a un local más amplio en la misma calle, Infanta Mercedes 85, y cuenta con una superficie de 250 metros cuadrados.
Ferretería Gregorio García dispone de una amplia variedad de productos relacionados con material eléctrico, iluminación, cocina, pintura, saneamientos, cerrajería, jardinería, limpieza, herramientas manuales y eléctrica, maquinaria, ropa de trabajo y protección laboral, herrajes y tornillería, entre otros. A lo largo de todos estos años, han atendido tanto a particulares como a grandes empresas, ofreciendo un servicio profesional y cercano.
“Es una ferretería con varios años de historia y mucho prestigio, la gente nos conoce y disponemos de una clientela fiel. Además, el negocio es estable y rentable”
Gregorio García
Una ferretería en busca de continuidad
Actualmente, la tienda cuenta con tres trabajadores, entre ellos Gregorio, su esposa y una empleada que lleva más de 20 años trabajando con ellos, consolidando un equipo cercano y familiar. “Hemos dado un buen servicio al barrio. Este negocio es el fruto de muchos años de esfuerzo”, señala.
Con la jubilación de Gregorio prevista para febrero, el futuro de la ferretería es incierto. “Mis hijos tienen sus propias carreras y no están interesados en continuar el negocio. Han seguido su propio camino”, explica, haciendo eco de una realidad cada vez más común en las empresas familiares. “La gente joven no quiere trabajos que demanden tanto en horarios; buscan algo más cómodo”, añade con cierta nostalgia.
No obstante, Gregorio no pierde la esperanza de que alguien vea el potencial del negocio y se anime a continuar con la historia que él y su equipo han construido.
Buena valoración en Internet
Gregorio también relata que el principal reto al que se enfrentan es la competencia con las grandes superficies y las ventas online.
A pesar de ello, su ubicación en pleno centro de Madrid y su cercanía les ha llevado a ocupar la 34º posición en el ranking que realizamos desde este medio sobre las ferreterías mejor valoradas de la capital, según las opiniones de los usuarios de Google.
“Es un proyecto bonito con mucha historia detrás. Me encantaría que lo cogiese alguien que tenga ilusión y ganas, ya que estos negocios no se mantienen solos y no es una tienda cualquiera. Lo más importante es mantener a los clientes y sobre todo, aportar”
Gregorio García
Antes de nada felicitar a la Ferretería Gregorio García, por saber dar lo que pocos no saben dar , que es la constancia, FELICIDADES la verdad.
Un inciso: en esta vida tan corta ,deberemos aceptar lo que nos da la vida, En este caso las generaciones han cambiado, lo que les esta pasando a esta GRAN ferretería nos pasara a nosotr@s, estos negocios de a pie de calle se están apagando pero a un ritmo IMPRESIONANTE.
La atención al publico no es el mismo que generaciones anteriores, ahora te faltan el respeto a la MINIMA, como cometas un mínimo error te avasallan con sus miradas.
Mas aun hay un machismo y un feminismo impresionante, dejémoslo aquí.