La segunda ola de la pandemia ha hecho que Alemania endurezca sus medidas restrictivas, en comparación a la primera. Desde hoy, 16 de diciembre, todos los centros de bricolaje, ferretería y jardinería permanecerán cerrados hasta el 10 de enero.
Si hasta ahora el bricolaje y la ferretería eran considerados comercios esenciales en Alemania, ahora, ante los actuales datos negativos de contagios y muertes en dicho país, esta situación ha cambiado. El Gobierno alemán y los responsables de los 16 estados federales han decidido implementar un ‘cierre duro’ que también afecta a los establecimientos del sector DIY, que ya no cuentan con la consideración de esenciales.
Tal y como nos informa Rainer Strnad, periodista del medio de comunicación alemán DIY International, durante el primer cierre del mes de abril, las tiendas de bricolaje estuvieron abiertos, en su mayoría. Tan solo cerraron, y de forma temporal, en cuatro estados federales. En cambio, en este segundo cierre solo los profesionales pueden acudir a comprar a las tiendas de bricolaje y ferretería. Muchos centros han establecido, para los usuarios finales, la compra online y la recogida en tienda. No obstante, sí está permitida la venta de árboles de Navidad para cualquier tipo de clientes.
Aunque ninguna enseña deseaba el cierre, Rainer nos cuenta que esta decisión del Gobierno y los estados federales no supone “realmente una catástrofe para ellas, dado que han logrado un crecimiento del 14 % durante 2020”. También puede significar un cierto descanso para el personal de las tiendas, “que está agotado”.
La actividad fabril continúa
En el caso de empresas y fabricantes alemanes, no están obligados a cerrar, si bien el Gobierno ha pedido que frenen en la medida de lo posible sus actividades. “Las semanas de Navidad son las mejores semanas -si es que un cierre se puede considerar que puede ser bueno- para ralentizar la vida pública en nuestro país”, reconoce Rainer.
