Cuando la productora de ‘El jefe infiltrado‘ se puso en contacto con él, Jesús Saseta se lo pensó un poco. Entre otras cosas porque era “mucho lío” y porque no sabía si sería “positivo o no” para su empresa. Pero una de sus empleadas, Raquel Moral, le animó. Ella se encargaría, como así fue, de hablar con el equipo técnico y de coordinar lo que fuera necesario para la grabación del programa. Estaba segura de que todo saldría bien.
“Encontraron al Grupo Sagar a través de internet -explica Saseta a C de Comunicación– y fueron ellos los que me llamaron, porque buscaban una empresa familiar que tuviera varios establecimientos y la nuestra les cuadraba”. De hecho, el Grupo tiene almacenes y tiendas en Zaragoza, Calahorra, Logroño, Arnedo y Milagro.
Cuando ya se decidió a participar, Saseta fue consciente de que “salir en televisión” podía ser una forma de “poner en valor” el trabajo que se desarrolla en su empresa, de dar “visibilidad al sector”, y, a la vez, “de ‘reivindicar’ la importancia del comercio de proximidad, algo muy necesario en estos tiempos, en los que tanto se ha disparado la venta online“, señala.
Jesús Saseta en la actualidad (el programa se grabó en 2019)
“Para que una empresa funcione, necesitamos a las personas”
Pero, sobre todo, Jesús Saseta quería que todo el mundo viese, a través de la gran pantalla, el “gran equipo humano” que forma parte del Grupo Sagar. “Para que una empresa funcione, necesitamos a las personas; en nuestro Grupo hay 62 empleados, y si la empresa funciona y es grande… es porque hay 62 buenos profesionales tirando del carro“, dice con rotundidad.
Algunos de esos empleados fueron, junto con Jesús Saseta, los protagonistas del capítulo de ‘El jefe infiltrado’ que se emitió este jueves, 3 de junio, en La Sexta. Ángel, José, Javier y Tatiana tuvieron que ‘lidiar’ con su jefe sin saber que era él. La caracterización que le hicieron “dio el pego”. Jesús era, supuestamente, un escritor que buscaba inspiración para una de sus novelas y que participaba en un reality de televisión. El equipo de rodaje acompañaba al supuesto escritor.
“¡Parezco el abuelo cebolleta!”, dijo en tono cómico Saseta cuando se vio ante el espejo. Le raparon la cabeza, le dejaron perilla… Su mujer le había puesto como condición que no le tocasen el pelo. Cuando vio el cambio de imagen, se lo recordó, pero se echó a reír. La madre de Jesús se llevó las manos a la cabeza.
“La grabación -cuenta Saseta- fue a finales de 2019; estuvimos una semana, de ocho de la mañana a ocho de la tarde; y ya desde el primer día me caracterizaron”, recuerda. El programa no se emitió en 2020, y Jesús pensaba que igual “ya no salía”. Pero hace unas semanas vio, con sorpresa, que La Sexta anunciaba la nueva temporada de ‘El jefe infiltrado’. A partir de ahí, a esperar a ver qué tal había quedado.
El capítulo resultó “gracioso y emotivo”
“Me ha llamado mucha gente para decirme que les gustó”, dice agradecido. Y lo cierto es que su capítulo, emitido ayer, resultó “gracioso y emotivo”. Jesús vivió anécdotas graciosas durante la grabación. “Aunque parezca que todo está preparado -explica-, las reacciones que tenemos, tanto mis empleados como yo, son totalmente espontáneas y naturales, porque durante la grabación no sabes qué va a pasar”.
Hubo reacciones, y actuaciones, de sus empleados que le “ayudaron” a darse cuenta de que había “algunos errores que se tenían que subsanar“. De hecho, desde que se grabó el programa hasta ahora “se han corregido algunas cosas”. En la tienda, había productos que no tenían el precio puesto; “ahora prestamos más atención a ese detalle, porque es muy importante”, cuenta. También fue consciente de que “la formación de los empleados es fundamental“. Por ello, y aunque en la empresa ya realizaban cursillos, “ahora se han intensificado”, asegura.
Ángel, uno de los empleados que salió en el programa, firmando su contrato indefinido (sólo llevaba tres meses en la empresa).
Regalos a los empleados
Al final del programa, el jefe se reúne con cada uno de sus empleados para decirles los errores que han cometido. Algunos de ellos se sentaron frente a Saseta con el rostro serio. Sobre todo Tatiana, que está en una de las ferreterías del Grupo Sagar. “Yo creo que ella pensaba que la iba a despedir“, afirma Saseta. Pero nada más lejos de la realidad. A cambio, y aunque sí le hizo ver que había “cosas que mejorar”, le regaló un viaje a Suiza a ver a una de sus hijas, que reside en el país alpino.
A cada empleado le hizo un regalo, “y los paga la empresa, ¡claro!”, responde cuando se le pregunta si los regalos los paga el programa. Un viaje a ver a la familia de Ecuador, un contrato indefinido… Y esos fueron los momentos más emotivos del programa, en los que el propio Saseta se emocionó. “Si tus empleados están contentos, la empresa va bien”. Ésa es su filosofía. “Tras la grabación del programa, los conocí un poco más; como jefe, me gusta saber cómo está mi gente, porque si ellos están bien, eso se reflejará en la empresa“, considera.
Y así concluyó el segundo capítulo de la sexta temporada de ‘El jefe infiltrado’. Con lecciones aprendidas, cosas que mejorar… y los abrazos entre jefe, Jesús Saseta, y empleados. “Mi padre nos inculcó, a mí y a mis hermanos, que lo importante son las personas y que hay que cuidarlas“. Y eso es lo que hace cada día Jesús Saseta, quien ahora tiene otra experiencia más que contar: haber sido el escritor de un programa de televisión que se puede ver de nuevo en atresplayer.
